El pasado viernes 3 de octubre celebramos la primera quedada del curso del Movimiento Teresiano Apostólico (MTA), y fue un día lleno de alegría, amistad y momentos especiales. Nos reunimos para comenzar juntos esta nueva etapa, y desde el primer momento se sintió el cariño y el entusiasmo de todos.

Compartimos una comida como una gran familia y, después, disfrutamos de juegos y dinámicas que nos ayudaron a conocernos mejor, a trabajar en equipo y a convivir con respeto y alegría. 

Durante el encuentro, reflexionamos sobre lo que significa ser responsables y tener un corazón dispuesto a servir. Recordamos que ser parte del MTA es vivir con el espíritu de Santa Teresa de Jesús y seguir el ejemplo de San Enrique de Ossó, quien nos enseñó a amar a Jesús con alegría, a ayudar a los demás y a formar una comunidad unida por la fe y el cariño.

Este año comienza una misión muy especial para ellos: ser monitores de otros alumnos más pequeños. Esto significa acompañarlos, guiarlos, escucharlos y ser ejemplo para ellos. Ser monitor no es solo organizar actividades, sino estar presente con el corazón, cuidar, animar y enseñar con paciencia y alegría. Es una gran responsabilidad, pero también una oportunidad maravillosa para crecer como personas y como comunidad.

El momento más especial fue la oración. Nos reunimos en silencio, con el corazón abierto, para dar gracias por la vida de Santa Teresa y de San Enrique de Ossó. Pedimos a Dios que nos acompañe en este nuevo camino como monitores, y repartimos pulseras y compromisos, símbolos de nuestra unión y del deseo de seguir creciendo juntos como comunidad.

Con ilusión, alegría y muchas ganas de aprender, ¡dimos comienzo a un nuevo curso del MTA! Que este año esté lleno de momentos que nos acerquen más a Dios, a los demás y a nosotros mismos.