Somos conscientes de que a veces, en nuestra sociedad, prevalecen las relaciones de dominio excluyente, asimétricas y jerárquicas. Por eso, desde la escuela teresiana apostamos por construir redes que propicien una sociedad plural, intercultural, democrática e inclusiva. Acogemos esos desafíos y los transformamos en oportunidades para educar personas libres de estereotipos y prejuicios, con libertad para ser y sentir.
Reconocemos la diversidad como una riqueza, un punto de partida desde el que transformar la escuela, la familia y la sociedad. Desde esta visión, nos preocupamos por escuchar y acompañar a nuestro alumnado en todos sus procesos vitales y académicos. Valoramos poder vivir el proceso de crecimiento de nuestro alumnado y la superación de las dificultades que puedan llegar a presentar en todas sus vertientes.
La inclusión implica valorar a la persona por lo que es y creer en las posibilidades de desarrollo de cada uno, así como en la riqueza que puede aportar. Potenciamos una escuela basada en la inclusión y en la equidad. Creemos en una educación capaz de eliminar las barreras que generan las desigualdades.
Nuestro centro dispone también de los siguientes recursos para dar respuesta a la personalización del aprendizaje: